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EL IMPACTO EN LA PRODUCTIVIDAD Y LOS COSTES ECONÓMICOS DEL ESTRÉS RELACIONADO CON EL TRABAJO Y LOS T

FUENTE: Estrés en el trabajo - Un reto colectivo (Organización Internacional del Trabajo)


El impacto del estrés relacionado con el trabajo en la productividad y en el conjunto de la economía es considerable. El estrés relacionado con el trabajo puede afectar gravemente el rendimiento general de los trabajadores de forma negativa en lo relativo a la eficiencia y la precisión. Los estudios de investigación del impacto del estrés relacionado con el trabajo en los resultados de la organización han encontrado una serie de comportamientos asociados que afectan a la productividad, la competitividad y la imagen pública de la empresa. Por ejemplo, además de los efectos en la salud y bienestar de los trabajadores, un medio ambiente de trabajo deficiente desde un punto de vista psicosocial que contribuye al estrés relacionado con el trabajo puede resultar en un mayor absentismo y presentismo, así como a una menor motivación, satisfacción y compromiso, aunado a la rotación del personal e intención de renuncia. Todo lo anterior puede producir un efecto negativo en términos de costes humanos, sociales y financieros.


El absentismo tiene un largo historial de investigación, como consecuencia de su generalización y los costes asociados para las empresas y la sociedad, mientras que existen muchos menos estudios sobre el presentismo. La evidencia demuestra que el absentismo se asocia con el estrés relacionado con el trabajo y los factores de riesgo psicosocial como la carga de trabajo, el control del trabajo, el conflicto de roles, el desequilibrio de recompensa por el esfuerzo realizado, la calidad del liderazgo, el trabajo por turnos, la limitada promoción profesional y las relaciones sociales en el trabajo (incluidos el escaso apoyo social y la violencia en el lugar de trabajo, el bullying y la discriminación). La literatura científica sobre el presentismo indica conclusiones similares, destacando que el aumento del estrés relacionado con el trabajo se asocia a un incremento del presentismo, incluso mayor que el absentismo. Las políticas organizativas relativas a la remuneración, baja por enfermedad, control de asistencia, reducción de plantilla, y permanencia en el empleo, así como el diseño del trabajo (como las exigencias laborales, la libertad de adaptación, la facilidad de reemplazo y el trabajo en equipo) favorecen el presentismo. Otros riesgos psicosociales identificados como indicadores del presentismo son el apremio del tiempo, los escasos recursos y la mala situación financiera. Por último, cabe señalar que el presentismo, por su parte, puede llevar al burnout con el tiempo. De hecho, se concluyó que el agotamiento y el presentismo son recíprocos, señalando que los trabajadores que sufren agotamiento, ponen en funcionamiento estrategias de compensación del trabajo que en último lugar aumentan su agotamiento.


Con el paso del tiempo, los factores de riesgo psicosocial relacionados con los resultados de la organización, como los niveles de satisfacción laboral, la motivación, el compromiso y la intención de renunciar han recibido mucha atención en la documentación científica, ya que son considerados como indicadores del rendimiento individual y de la organización. La satisfacción laboral se puede considerar un factor determinante de la salud y el bienestar de los trabajadores, así como de su rendimiento. Los estudios a gran escala corroboran los resultados de los estudios más pequeños, mostrando que la satisfacción en el trabajo es afectada por los siguientes factores de riesgo psicosocial: largos horarios de trabajo, exigencias laborales, la falta de desarrollo y prospectivas profesionales, malas relaciones laborales, extenuación emocional, burnout, conflicto entre la vida laboral y la familiar y exposición al bullying y al acoso; todo ello exacerbado por el estrés relacionado con el trabajo.127 Además, el estrés relacionado con el trabajo y la insatisfacción en el empleo tienen también un efecto negativo en la motivación y el compromiso de los trabajadores, aumentando en ellos el deseo de renunciar. La evidencia disponible muestra que la creciente intención de abandonar el trabajo está relacionada con la sobrecarga de trabajo, las altas exigencias laborales, la falta de control en el trabajo, el desequilibrio de recompensa por el esfuerzo realizado, los salarios bajos, la pérdida de interés del trabajo, las escasas relaciones laborales y apoyo, el bullying, el escaso compromiso organizativo y el burnout. 128 A la inversa, las relaciones de estímulo tienen un efecto indirecto en la reducción del burnout y la voluntad de rotación a través de su efecto en el estrés percibido, mientras que la comunicación relevante sobre el trabajo tiene también un efecto directo en la intención de rotación.


Los costes directos e indirectos relacionados se están sólo empezando a cuantificar. Sin embargo, algunos países desarrollados evalúan el impacto económico del estrés relacionado con el trabajo, los comportamientos asociados y los trastornos mentales. Por ejemplo, en Europa, el coste estimado de la depresión relacionada con el trabajo es de 617 billones de euros anuales, que incluyen el coste para los empleadores del absentismo y el presentismo (272 billones de euros), la pérdida de la productividad (242 billones de euros), los costes para la sanidad pública (63 billones de euros) y los costes de las indemnizaciones por discapacidad de la seguridad social (39 billones de euros).


A nivel nacional, Safe Work Australia estimó para 2008/2009 que el estrés relacionado con el trabajo supone un coste para la sociedad australiana de 5,3 billones de dólares australianos anuales. Esta cifra incluye los gastos de la interrupción de la producción y los costes sanitarios. Además, los costes de la depresión para los empleadores australianos se elevan a aproximadamente 8 billones de dólares australianos anuales como consecuencia del absentismo por enfermedad y del prensentismo, y de éstos, 693 millones anuales se deben a la tensión en el trabajo y al bullying. En Canadá, un estudio realizado en 2011 estimó que los problemas de salud mental suponen un coste para los empleadores de cerca de 20 billones de dólares canadiense por año. En Francia, el coste total de la tensión en el trabajo en 2007, se estimó entre 1,9 y 3 billones de euros, incluidos los costes relacionados con los servicios sanitarios (entre 124 y 199 millones de euros), el absentismo (entre 826 y 1.284 millones de euros), la pérdida de actividad (entre 756 y 1.235 millones de euros) y la pérdida de productividad por muerte prematura (entre 166 y 279 millones de euros). En Alemania, el coste anual estimado por tensión en el trabajo en 2008 fue de 29,2 billones de euros (9,9 billones de euros en costes directos, como la prevención, la rehabilitación, el tratamiento de mantenimiento y la administración, y 19,3 billones de euros en costes indirectos, como los años de trabajo perdidos por incapacidad, discapacidad y muerte prematura). En España, el coste sanitario directo por los trastornos mentales y de comportamiento atribuibles al trabajo se estimó entre 150 y 372 millones en 2010. En el mismo año, 2,78 millones de días se perdieron en licencia por enfermedad mental causada por el trabajo, lo que equivale a 170,96 millones de euros de pérdidas. Según las últimas estimaciones, en el Reino Unido los días laborales perdidos por el estrés relacionado con el trabajo, la depresión o la ansiedad fue de 9,9 millones de días, equivalente al cuarenta y tres por ciento de los días laborables perdidos por enfermedad en el período de 2014/2015. Un estudio realizado en 2007 por el Centro de Salud Mental de Sainsbury, en el Reino Unido, estimó que el coste total para los empleadores de los problemas de salud mental entre su personal fue de cerca de 26 billones de libras esterlinas al año, equivalente a 1.035 libras esterlinas por cada trabajador al año (335 libras esterlinas por el absentismo, 605 por el presentismo y 95 por la rotación del personal).


NOTA: La expresión presentismo laboral, que define el hecho de pasar más horas en el lugar de trabajo de las exigidas por la jornada laboral, en muchos casos por temor a perder el empleo, es una expresión adecuada desde el punto de vista lingüístico y se escribe en redonda.


El término presentismo surge como contraposición a absentismo o ausentismo, porque pretende destacar el hecho de que el trabajador está presente en el lugar de trabajo, incluso aunque ello no repercuta en un aumento de su productividad: «El ‘presentismo’, nuevo fenómeno laboral ante el temor a perder el empleo», «La crisis ha multiplicado el número de trabajadores que practican el llamado presentismo laboral

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